Todo comenzó el día en que la señorita Ana nos invitó a
dibujar al viento. ¡Y no nos pareció una tarea difícil porque
imaginarse la cara del viento no es ningún problema!
Sin embargo, el problema comenzó cuando unas ráfagas
terribles nos volaron todas las hojas. ¿Ustedes sabían que el
viento es capaz de robar dibujos?
Así comienza la historia de nuestra protagonista y sus
compañeros de clase, que vivirán una aventura imposible de
imaginar. Es que ir tras las pistas del viento no es tarea fácil.
Ilustraciones: Andrea Angrisani