El soldadito de plomo al que le faltaba una pierna se enamoró de la bailarina de papel apenas la vio. Según la mala predicción del diablito de juguete, no pudo acercarse a ella y tuvo que correr grandes pruebas fuera de su casa. Pero su deseo de vivir y esperanza fueron tan firmes que nunca renunció.
Autor: Hans Christian Andersen.
Ilustración: Ricardo Fernández.