La obra define como problemática central el rol del supervisor como agente clave para la mejora escolar.
En los distintos capítulos, se proponen algunas reflexiones teóricas y herramientas para contribuir a pensar la tarea del supervisor de un modo más amplio al que históricamente nos hemos acostumbrado, como un “intermediario” entre las políticas públicas y las escuelas, dado que su lugar y el conocimiento de su territorio le permiten adaptar las políticas a las necesidades de su jurisdicción y, al mismo tiempo, redefinir las demandas que recibe de sus escuelas, por lo que así contribuye a la justicia educacional.
En todo momento, se busca alentar y acompañar al supervisor con instrumentos concretos de planificación, evaluación; con los relativos a las estrategias para el trabajo en aulas heterogéneas o con escuelas heterogéneas, con los relacionados a la resolución de conflictos, la enseñanza para la comprensión, el aprendizaje cooperativo, entre otros medios.
El supervisor como tal, y definido en este rol que el presente libro concibe, es una figura, hasta ahora, algo descuidada en las propuestas de mejora escolar, en los textos educativos y en las propuestas de capacitación. Su función ha sido ejercida durante un largo tiempo sin el acompañamiento necesario. Hoy, queremos devolverles a los supervisores el reconocimiento de una tarea compleja, pero con un gran poder de impacto, ofreciéndoles espacios de capacitación y reflexión pensados especialmente para ellos.
Autores: Silvina Gvirtz, María Eugenia G. T. de Podesta (comps.), María Victoria Abregú, Inés Aguerrondo, Rebeca Anijovich, Bernardo Blejmar, Patricia Brignone de Pouiller, Moira Lutteral de McCallum, Silvia Clara Mora, Ana Prawda y Ivonne Slater de Roberts.