Alicia para niños es la obra que el escritor inglés, Lewis Carroll, reelaboró en 1890, usando como base otra producción anterior, Alicia en el país de las maravillas.
Alicia se cae en una madriguera y aterriza en un mundo de seres donde las cosas más increíbles pueden suceder: un conejo corre apurado, provisto de abanico y guantes; un bebé se transforma en cerdito; unos naipes cobran vida en una corte real; un gato aparece y desaparece; Alicia se encoje y se agranda cuando bebe unas pócimas. Estas son algunas de las escenas que Carroll rescató de la versión primera para dar vida a esta Alicia para más chicos.
Sin embargo, el tratamiento es distinto. En esta versión, el lector joven cobra una presencia importante, ya que a lo largo de la obra el narrador se dirige constantemente a él: “¿Qué preferirían ustedes?, ¿ser una Alicia diminuta, no más grande que un gatito, o una Alicia de gran altura, con la cabeza que golpea siempre contra el techo?”.
Las ilustraciones tiernas y pícaras a su vez de Melina Canale, ilustradora argentina, escenifican algunos momentos que la misma voz del narrador pide: “Ella creció y creció. ¡Fue más alta que antes! ¡Más alta que cualquier niño! (…) ¡Solo miren el dibujo y verán lo alta que se puso!”.
Autor: Lewis Carroll.
Traducción: Olga Drennen.
Ilustradora: Melina Canale.